Despacito, ha sido uno de los «boom» musicales del año, pero además es un ejemplo perfecto de un producto hecho para generar estímulos poderosos en nuestro cerebro. Tal como pagar una factura activa las mismas zonas que el dolor en nuestro cerebro, en total contraposición la música activa zonas asociadas a las emociones y recompensas.
El ritmo y el juego de los tiempos, hacen que esta canción sea una golosina para nuestro cerebro según los expertos y por tal se ha transformado en un fenómeno mundial.
La lección que nos dejan estos interpretes, es que utilizando herramientas de neurociencia (neuromarketing y neuroventas), harán que cualquier desarrollo o comunicación de un producto o servicio tenga grandes probabilidades de ser tremendo éxito.
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